Warning: Creating default object from empty value in /home/customer/www/federicofirpobodner.com/public_html/wp-content/themes/platform/includes/class.layout.php on line 164
rebeldía | Federico Firpo Bodner
Currently viewing the tag: "rebeldía"

Hola Pablo, hola hijo, hola, mi amor. En muchas otras de mis cartas te llamo simplemente “mi amor”, pero algo me dice que estás grande para eso, que al hombrecito que amanece en tu cuerpo le incomoda esa cercanía, ese padre que te quiere como niño, como hombre, como hijo. Y lo entiendo, hijo, lo entiendo. Creeme que lo entiendo, que pasé por eso, que una vez tuve bajo la piel a un hombre incipiente, un grito en el pecho buscando salida, una rebelión desatada en las venas.

Continue reading »

Tagged with:
 

IMG_5140Hola mi amor. Siempre empiezo así cuando te escribo, pero no es una fórmula sino un ritual. Y hoy más que nunca necesito del ritual, porque empiezo a sentir que ya no puedo hablarte como siempre. Ya no puedo decirte hijito, ni hablarte de cosas que vas a entender cuando seas grande. No puedo exigirte que te portes bien o que te abrigues, ya no.

Y no es, hijo, porque seas ya un hombre. Todavía no hay bigote en tu labio superior. Tu mirada se endureció este último año, y sin embargo, mi amor, todavía son muchas las veces que, al hacerte una broma o provocarte una risa, tu cara se transforma y puedo reconocer al niño, a mi hijito; puedo recuperar en tus ojos la devoción, esa mirada con la que los hijos chiquitos homenajean a sus padres, una mirada en la que no hay espacio para el error, un lugar en el que, todavía, puedo serlo todo para vos, soy tu conciencia y tus valores, tu amor y tu rabia, el dolor de las tremendas injusticias que, como niño, sufrís todos los días, y la pasión con la que enfrentás un nuevo desafío de origami.

Pero no es por eso, mi amor, que ya no puedo hablarte así.

No es por eso.

Continue reading »

Tagged with:
 

IMG_4280Como muchos de los que habitualmente me leen saben, tengo 42 años, soy papá y esposo y hermano y tengo una panza redonda. Tengo algunas virtudes y un montón de defectos, y entre esa sopa infame de cosas, también soy fan de Harry Potter. No hace falta que vuelva a explicar por qué soy fan, lo he hecho un montón de veces. No es el motivo de este artículo.

Este fin de semana que acaba de terminar, se hizo en Buenos Aires la Magic Meeting. Algo de lo que nunca había participado. Me enteré de rebote, y allá fuimos. El primer día improvisados, los cuatro, y el segundo más preparados, solamente los muy fans de la casa: Pablo, Daniel y yo.

No habíamos vivido nada parecido, y probablemente me cueste destacar lo que realmente me interesa decir, la reflexión que me convoca una vez más al papel y a la tinta.

Estaba lleno de gente. Probablemente treinta o cuarenta veces más del número más alto que yo me hubiese arriesgado a vaticinar si alguien me hubiera pedido que adivinase cuánta gente iría.

Continue reading »

Tagged with:
 

carta_hogwartsHola, hijo. Hola, mi amor. No te enojes, todos los años, en mi carta por tu cumple, te digo “Hijo” y te digo “Mi amor”. El género epistolar está lleno de formalidades, de encabezados que son así, y despedidas que son de esta otra manera, y a esta altura, con tus once añitos, a veces me da miedo avergonzarte un poco cuando te hablo así, pero en mis cartas para vos no hay formalidades, sino rituales. Y aunque cumplas once, y eso te haga ser casi tan tonto como un hombre adulto, necesito pedirte, de hombre a hombre, que me permitas esos rituales, porque es en esas palabras, mi amor, cuando puedo transportarme al bebito que una vez fuiste, a tus eructos agrios de leche materna semidigerida, a tus bracitos buscando mi cuello… Y ¿sabés una cosa? Necesito de esos rituales para sentarme, una vez por año, a escribirte una carta por tu cumpleaños. No los necesito para saber qué decir, ni los necesito para conectar con vos o con lo que siento. Los necesito como un perro necesita mear un alambrado para marcar su territorio. Los necesito como un país necesita soldados para proteger sus fronteras. Los necesito como una loba necesita matar por sus cachorros. Necesito de esos rituales, mi amor para, por este ratito en el que yo te hablo y vos escuchás, establecer más fuerte que nunca que soy tu padre, y también para reconocer ante mí mismo que eso no significa nada si no viene con el desastre glandular que me ocurre cuando te abrazo, con el dolor en el pecho que me produce tu angustia, con la felicidad instantánea que me da tu risa cuando explota por fuera de tu boca, con el placer de mirarte, de saber que estás creciendo, que te estás haciendo hombre mejor que yo. Ojalá un día, mi amor, tengas hijos, y entonces puedas recordar en mis palabras que ser padre no quiere decir nada. Lo que tiene significado en la vida de un hombre es la cantidad de miedo, pasión, felicidad y dolor que se siente, ser desbordado desde el pecho hasta los dientes, saberse potencialmente superado por los hijos, y al mismo tiempo tener que continuar a cargo, dirigiendo una vida sin haber podido ensayar cómo se hace, sin vida extra, sin espacio para el error, y sin embargo cometiendo uno tras otro. Ser padre es permitirle a tu corazón irse a vivir fuera de tu pecho, y morir en cada lágrima de tus hijos.

Continue reading »

Tagged with:
 

antiheroeEs muy difícil, mi amor, explicar el orgullo de un padre, pero es más o menos como hacer diez mil goles en un solo partido de fútbol, o como resolver el Cubo de Rubik en diez segundos, con los ojos vendados y utilizando los dedos de los pies. Es casi como ser Batman y Superman y Spiderman, todos juntos, y con el sentido del humor de Tony Stark y la inteligencia de Sherlock Holmes. Es como ser Messi, pero con poderes para volar y viajar en el tiempo, como tener las respuestas a todas las preguntas y saber todos los chistes buenos del mundo.

Desisto. No soy capaz de decírtelo. No sé contarte el orgullo que siento cuando te miro, la lentitud con la que se me derrite el pecho, el renuncio de mi piel cuando te abrazo, el dolor interno de mis ojos cuando te veo llorar. No puedo, con la pobreza de mi lenguaje torpe y arcano, hacerte saber la conmoción de mis piernas cuando te veo correr, el incendio indomable de mis órganos internos cuando me llegan tus notas, y la conmoción catastrófica de mi centro de gravedad cuando soy testigo de lo que te quieren tus amigos, del lugar en el mundo que, esta vez sin mi ayuda, supiste ganarte por derecho.

Hoy cumplís diez años, mi amor, y eso nos obliga, como todos los años, a vos y a mí, a sentarnos cara a cara, a decirnos ahora lo que dentro de otros diez años –cuando seas lo suficientemente grande para entenderlo– ya no recordaremos, a hablarnos a calzón quitado, sin artificios.

Y cada año es más difícil, mi amor.

Continue reading »

Tagged with:
 

Enfrentando-el-miedoHola otra vez, mi amor.

Por primera vez en los últimos cuatro años, desde que vos, sin saberlo, y yo, plenamente consciente, iniciamos esta tradición ridícula en la que cada año, para tu cumpleaños, te escribo una carta voraz y egoísta que no vas a leer hasta que seas grande, llego tarde a este encuentro impostergable, y por supuesto, me devora la culpa.

Todos los años espero con ansiedad el momento de sentarme a escribirte. Es un hito anual en el que vuelvo a pensarte desde el principio, como hijo y como persona, y vuelvo a pensarme a mí, como padre y como hombre. Es uno de los grandes momentos del año, porque aunque no lo creas, mi amor, una de las enormes frustraciones de la paternidad es, a veces,  no poder ser sincero con los hijos, en aras de su edad, de que no están listos, de todo lo que, supuestamente, no saben. Por eso este espacio, donde te digo ahora mismo las cosas que no puedo decirte, las que quiero que sepas en el futuro con palabras del presente, las que me prometo a mí mismo no permitir que caigan en el olvido.

Lo espero con ansiedad, te decía, y usualmente escribo esta carta varios días antes de que llegue tu cumpleaños.

¿Por qué este año no?

Continue reading »

Tagged with:
 
A %d blogueros les gusta esto: